1. ¿Vigilia? ¿Qué es eso?
En la Iglesia desde muy antiguo las grandes fiestas litúrgicas del año han tenido la noche anterior una Vigilia de preparación (por ejemplo, Pentecostés). Los cristianos se reunían la víspera de la fiesta para disponerse interiormente y estar más preparados para las gracias que iba a suponer la solemnidad del día siguiente.

2. ¿Cuándo empezaron las Vigilias de la Inmaculada?
Fue en 1947, con un grupo pequeño de 300 personas, en Madrid. La iniciativa fue del P.Tomás Morales, jesuita en proceso de beatificación. Desde entonces se han extendido por toda España, América Latina y Centroeuropa.

3. ¿Por qué una Vigilia de la Inmaculada?
El P.Morales era un enamorado de la Virgen. Se daba cuenta de la capacidad que tenía la Madre de Dios para llevar a los hombres a Jesús. La fiesta de la Inmaculada, patrona de España, era además, especialmente entrañable: la Virgen sin pecado acercaría a muchos al sacramento del perdón. «La Vigilia de la Inmaculada es impresionante. Durante cuarenta años los militantes han llevado a miles de compañeros a los pies de la Virgen. ¡Cuántos hombres han vuelto a los sacramentos después de diez, quince, treinta años de ausencia!» (P. Tomás Morales, Forja de Hombres, BAC, Madrid 2011, pg.87).

4. ¿Y dónde se celebran hoy?
Hoy casi cada parroquia celebra su propia vigilia de la Inmaculada. Las herederas de las que inició el P.Morales son tres Vigilias simultáneas que se celebran en los templos más grandes de Madrid. Han sido asumidas por la diócesis, aunque dos de ellas especialmente son organizadas por los hijos espirituales de este jesuita. Las tres Vigilias son: la de la Catedral de la Almudena, presidida habitualmente por el Arzobispo de Madrid; la de la Basílica de la Merced (C/General Moscardó, 23), organizada por la Milicia de la Virgen Inmaculada; y la del Santuario de María Auxiliadora (Ronda de Atocha, 25), organizada por los Hogares de Santa María. Estas dos últimas suelen ser presididas por un obispo auxiliar de Madrid.